Alguien especial



No recuerdo dónde leí que los amigos entran y salen de tu vida como en un restaurante. Me pareció triste porque es cierto. Y es que, pensándolo fríamente, en la vida cada uno va trazando su línea sobre un gran lienzo y ésta se cruzará con miles más, pero será difícil que permanezcan paralelas por mucho. 


Hay quienes prometen absolutismos del tipo siempres, eternamentes, nuncas y jamases... Esperen la decepción, pues -parafraseando al Sr. Conejo- para siempre a veces sólo es un segundo. Yo creo que todo se puede derrumbar en cualquier instante. ¿Catastrófica? ¿Pesimista? No se hagan los sorprendidos, ya me conocen, peeero no todo es malo en Lorelandia, precisamente por esto es que trato de hacer que las cosas duren. Aunque quizá esto no sea bueno, pues todo es finito y hay que aceptarlo.

Dicen que los amigos son hermanos por elección: eliges saber más de ellos, confiar en ellos y dejarlos entrar. Después de todo, la mayoría de las veces llegaron sin avisar, sin pretender ser cercanos y sin que te des cuenta simplemente ya no quieres dejar de estar con ellos.

Siempre que algún amigo o conocido me platica sobre peleas estúpidas o detalles insignificantes por los que está molesto/a con su pareja creo que soy yo la que resulta  más enojada. ¿Por qué carajos desperdiciar el tiempo así? ¿No saben que mañana podrían ya no estar vivos? ¿Qué pasa si mañana se levantan queriendo estar solos? No sé si sea mi dramática forma de ver las cosas o el hecho de que mucha gente no sabe lo afortunada que es al estar con ese alguien especial.

A veces crees que hay personas que llegaron a tu vida para quedarse, luego empiezan a convivir más con otro grupo de amigos y el capítulo se empieza a cerrar. En otras ocasiones te das cuenta que ya no coincides mucho con la forma de pensar o actuar de alguien y eres tú quien empieza a buscar otros grupos. Somos demasiado libres.

Día con día me siento afortunada por la gente especial que me rodea, pero también considero que ése bien puede ser el último. ¿Es triste pensar que esa relación amistosa o amorosa que ahora tanto estás disfrutando algún día llegará a su fin? Sí. Sin embargo, también soy firme creyente de que el fin puede ser cuando uno de los dos se muera. Fatalista o realista, pero el adiós siempre es inevitable. Aunque tal vez ése puede ser un incentivo para valorar a ese alguien especial con quien has tenido la fortuna de cruzarte.

Lo digo aquí y ahora: si te he compartido de mis verduras y frutas, me importas; si alguna vez he cocinado para ti, eres especial para mí; si he dejado alguna de mis actividades recreativas por estar contigo, eres muy especial; si te he abrazado por más de tres segundos, eres bastante especial. Si he hecho todo lo anterior contigo, no quiero que salgas pronto de mi vida. Ahí estuvo el lorenómetro del afecto.


Otra forma de recibir y dar afecto es a través del proceso enseñanza-aprendizaje y, si bien he tenido muchos maestros que lograron no únicamente inspirarme sino transmitirme su pasión por las letras, el análisis y la investigación, alguien pasó de enseñarme un idioma a enseñarme una cultura; alguien que no transmitía información sino conocimientos, que me motivó a escribir en este idioma y me instigó a seguir practicándolo, pues decía que tenía talento. Pasó de ser mi maestra de inglés a ser mi amiga. Una amiga que -a la fecha- me motiva a exprimir mis habilidades, a buscar mi libertad y a dejar atrás mis miedos. Hoy es su cumpleaños y hoy quiero que sepa que también es alguien especial... Aunque no le haya compartido mis verduras o le haya cocinado. Happy birthday, Gissel.

Así que si las personas van a entrar y salir de nuestra vida como en un restaurante, lo único que podremos controlar es que su estancia sea placentera para ambos. Dure lo que dure. No podemos forzar líneas. Se cruzaron en el punto que tenían que cruzarse. Estuvieron cuando tenía que ser y nada más. Lo que sí podemos hacer es disfrutarlas, sonreírles y tratar de demostrarles lo especiales que son. 

Éste es mi intento y ésta soy yo dejándome ser cursi y tratando de rendir homenaje -indirectamente- a quienes han dejado algo en mí.


Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

El ser mejor mujer (Parte II)

Primeras impresiones

Basta! Me voy rumbo a la puerta y después a un boliche a la esquina a tomar una ginebra con gente despierta... Esta si que es Argentina!