Uru-why Parte II
... Continuación Y, bueno, hubo cosas más trascendentales que ese momento. Por ejemplo, sentirme en casa aun sabiendo que debía tener cuidado y mantener los ojos abiertos. Nunca los cerré. Al menos no tanto como en León. El hecho de que palabras como bondi y remis ya estuvieran tan instaladas en mi mente como el valor promedio de las cosas en peso argentino hicieron todo sumamente llevadero. Saber que los domingos nada estaría abierto, que no encontraríamos nada para almorzar (comer) después de las 15 y, al mismo tiempo, habituarse a esta forma de decir la hora no fueron problema en esta ocasión. Contrariamente a aquel día de marzo en el que di cien dólares a cambio de novecientos y tantos pesos, el día en el que el trayecto en taxi me salió casi igual que el trayecto en colectivo . Éste, y otros factores que por ahora olvido, eran desconocidos por "mis" visitas, así que trataba de ponerlos en contexto cada que podía. Había tanto que quería compartirles. E...